martes, 11 de octubre de 2011

Sonrió!


Muchas personas me pregunta, como puedo sonreír si tengo un diagnostico de vih?

Sonrió a pesar de los pesara...
Siempre Anyhec 
Esa pregunta vaga por mi mente y hablando conmigo misma tengo mil respuestas positivas y millones de motivos por los cuales sonreír, pero a su vez me lleva a una gran reflexión, y es que solo aprendemos de nuestras propias experiencias… Cual grande seria de parte de los seres humanos aprender de la experiencia ajena, mirar a nuestro alrededor y tratar en lo posible de darnos cuenta que serian mas ligeras nuestras cargas si abriéramos nuestro corazón y mente al aprendizaje colectivo, cuantas penas nos podríamos evitar, pero bien dice el refrán “nadie aprende en cabeza ajena” lamentable para la humanidad, y dichosos aquellos que si logran hacerlo.

Hoy en medio de un cielo nublado, me siento en este computador y trato de explicarte a “Ti” que no entiendes mi sonrisa, que el dolor nos hace más fuertes y más grandes, que si bien el llanto y el miedo despertaron cuando me diagnosticaron, la aceptación, el amor, el conocimiento y la fe en que Dios me ayudaría con esto me ha permitido vivir digna y feliz mente la historia de mi vida, que a pesar de los pesares no la cambiaría por nada, y si pudiera cambiar algo, solo daría más bálsamo al corazón de mis padres, siento que han sido ellos los que más dolor les produjo saber esta verdad.

Lamento tanto que la información no llegue a todos, solo después de sabernos diagnosticados abrimos nuestros ojos a la prevención, a la información que viaja por el mundo y en la mayoría de las veces solo llega a los afectados, por que los demás sientes que nunca les pasara y viven sus vidas como si el vih no existiera.

Confieso en que hay días que para mí no existe el virus, ni el miedo, ni el dolor, pero algunas cosas me recuerdan que vivo en dos mundos paralelamente, porque también es verdad que vivo mi día a día como si él no existiera, pero no por eso dejo de tomar mis amados antirretrovirales, los cuales me permiten estar más sanas y mantenerle al margen de mi diario vivir.

Después de más de una década, he llorado, muerto y vuelto a nacer, me he llenado de miedo y me he colocado en posición fetal mientras llore por horas, he tenido miedo de mirar a los ojos a un hombre amado y que el viera a el vih en vez de ver mi amor, he querido detener el tiempo, también he visto a muchos partir con juventud al viaje de la vida eterna; pero lo más bello es que también he sentido el amor sincero y verdadero, me he sentido amada, apoyada, respalda, entendida y me siento parte de un grupo de personas que tenemos la oportunidad de creer que ninguna adversidad es más grande que nuestros deseos de vivir, y vivir feliz a pesar del desconsuelo de algún momento.

Hoy doy GRACIAS  a Dios por todos los bellos momentos y los maravillosos seres humanos con los que me ha permitido compartir, por enseñarme a cargar mis cruz con amor, aceptación, responsabilidad y dignidad, hoy doy gracias a TODOS los que entienden mi sonrisa y se quedaron a mi lado para sonreír conmigo.

                                             Amándoles Siempre ANYHEC

Barinas, 11 de octubre 2011

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